¿Cómo funciona la digestión?

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Gruñendo por hambre, ¡la barriga se vuelve bastante ruidosa cuando es hora de comer! En realidad, este es tu cerebro preparando el proceso de digestión y alertando a tus órganos digestivos… ¡Los alimentos ya vienen en camino! ¿El resultado? Osos cascarrabias en la tripa exigiendo comida, ¡y de la buena! Es allí, amigos, donde comienza la historia de la digestión.

Tu sistema digestivo es esa organización alucinante que vela por los jugadores del equipo, asegurando que todos tomen esa comida y la transformen, en su mayor parte, en energía y nutrientes para mantenerte con vida. En pocas palabras, lo que comes se procesa y se absorbe.

Trabajando duro, el proceso de la digestión corta los alimentos en partes más pequeñas, facilitando la absorción y el transporte a través del sistema sanguíneo.

Tu canal alimentario, tu sistema digestivo

En tu sistema digestivo, existen órganos clave que crean un largo mecanismo, haciendo lo que mejor saben hacer… ¡y todo en un abrir y cerrar de ojos!

Sí, se trata de tu intestino. Ese tubo por el que pasa la comida, desde la boca hasta el trasero. Si tuviéramos que denominarlo oficialmente, nos referiríamos a él como el tubo digestivo: una parte importante del sistema digestivo que incluye la boca, el esófago, el estómago, los intestinos delgado y grueso, el recto y el ano.

Juntándolo todo en el proceso de digestión

¿Cómo funciona el sistema digestivo? Te sorprendería saber que la digestión comienza mucho antes de que la comida llegue al estómago… ¡Empieza en la boca! Hay enzimas en la saliva que descomponen el almidón en los alimentos y, a medida que ese sabroso bocado baja por el intestino, se encuentra con diferentes jugos digestivos que continúan descomponiéndolo.

Los jugos del estómago descomponen las proteínas en aminoácidos. La bilis del hígado (que se almacena en la vesícula biliar) y el jugo pancreático ayudan a digerir las proteínas, el almidón y la grasa. En pocas palabras, tu cuerpo es un laboratorio de ciencias bastante interesante, con reacciones químicas que ocurren por todos lados. Algunos de estos sitios son:

  • La boca
  • El estómago
  • Los intestinos

Bajando la digestión

¡Subamos de nivel! Los expertos en salud intestinal han descubierto que ciertos alimentos pueden ayudar en la digestión con enzimas digestivas: esas diminutas proteínas que aceleran las reacciones químicas durante la digestión. Por ejemplo, en tu cuerpo, la saliva, el páncreas, el hígado y las células intestinales contienen o producen enzimas digestivas de forma natural. Pero, algunas personas no son capaces de producir suficientes enzimas para digerir o absorber las moléculas de los alimentos correctamente, resultando en molestias digestivas como ocurre en individuos con intolerancia a la lactosa.

Entonces, para tener una digestión adecuada, podemos adoptar la costumbre de llevar una dieta equilibrada que incluya calcio: un poderoso mineral que contribuye al funcionamiento normal de las enzimas digestivas.

La buena noticia es que nuestro producto lácteo favorito, los yogures, son una fuente natural de calcio. No importa el sabor o la textura, al consumir yogur tu cuerpo recibirá una excelente dosis de calcio que, al final, respaldará el bienestar de tu tripa.